¿Qué es la ansiedad y cómo nos afecta?

Es la respuesta mental y física que se produce ante situaciones de peligro. En la situación actual de emergencia sanitaria que estamos viviendo, tener algo de ansiedad en algún momento puede considerarse una reacción normal (por ejemplo, antes de la prueba médica, al hablar con pacientes y familiares, antes de un evento importante, etc.). Nos puede dar una ayuda adicional para estar más alerta o puede darnos un mayor nivel de energía para afrontar las altas demandas que nos está generando la situación de pandemia del COVID-19. Entendida como tal, es un mecanismo de defensa del organismo y por tanto no necesariamente negativa.
El objetivo no es suprimirla sino aprender a controlarla. Se trata de vivir con menos ansiedad y no de vivir sin ansiedad.

La ansiedad se convierte en un problema cuando los síntomas:

  • Son graves y desagradables.
  • Duran mucho tiempo.
  • Ocurren con demasiada frecuencia.
  • Aparecen ante situaciones que realmente no deberían ser estresantes.
  • Nos impiden hacer lo que queremos hacer.

La ansiedad nos puede afectar en 3 áreas importantes:

1) Cómo pensamos: Cuando no se controla la ansiedad, las personas describen pensamientos como ”No voy a poder soportarlo”, ”Esto es horrible”, “Me dará un infarto”, ”Enloqueceré”. Estos pensamientos pasan por la mente automáticamente, como un flash, cuando se está ansioso.

Dos cosas deben tenerse en cuenta sobre los pensamientos automáticos:

  • Que son irracionales y poco realistas – no morirás o enloquecerás.
  • Son situaciones que se pueden controlar: habitualmente la mente nos advierte de un peligro mucho mayor del que en realidad tenemos que afrontar.


Puedes aprender a controlar tales pensamientos utilizando los recursos del apartado “Estrategias de afrontamiento” y del bloque “Afrontamiento y Autocuidado”.

2) Qué hacemos: Las personas con ansiedad a menudo evitan cosas, por ejemplo enfrentarse a situaciones laborales complicadas, posponer tareas que nos generan ansiedad, entre otras. Evitando la situación, puede que te sientas mejor y experimentes un alivio inmediato de la ansiedad que estabas sintiendo al imaginarte realizando la actividad. Pero a largo plazo la evitación siempre empeora el problema. Esto ocurre porque la ansiedad se asocia cada vez más con aquello que se evita y así se hace más difícil afrontarlo.

3) Cómo reacciona nuestro cuerpo: Hay muchos síntomas físicos de ansiedad. Surgen como una manera de preparar al cuerpo para hacer frente a una supuesta amenaza. Los síntomas son muy desagradables y algunas veces aparecen sin razón aparente, de manera que puedes pensar que padeces un problema físico grave o que algo terrible va a suceder. Es importante saber que estos síntomas no son peligrosos y no te harán ningún daño aunque sean severos.

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