¿Cómo manejar la angustia moral?

La angustia o daño moral es el resultado de tener que actuar de manera opuesta a los propios valores y creencias y suele llevar asociada fuertes emociones negativas como la culpa o la vergüenza.


Existe el riesgo de que quieras lidiar con estas emociones negativas de forma escapista. Retrayéndote del contacto social, tomando alcohol en exceso u otras drogas, refugiándote en cualquier conducta o actividad de huida que pueda convertirse por ello en adictiva. No te lo aconsejamos. Es contraproducente y no resolverá el problema de fondo.


También nos atrevemos a hacerte algunas propuestas por si pueden ayudarte.

  1. Te animamos a hablar con compañeros que merezcan tu respeto por su autoridad moral, muy especialmente si tienen un carácter acogedor y saben escuchar. También puede ayudarte un miembro de tu familia que te conozca bien y te acepte incondicionalmente, o incluso un líder espiritual o religioso que conecte con tus creencias y valores. Anímate a compartir con ellos tus sentimientos íntimos en un momento y lugar apropiados. Es muy probable que te sientas comprendido, apoyado y aliviado.
  2. Otra alternativa que te puede ser útil como sustitutivo de lo anterior es plantearte en tu imaginación qué te diría una de estas personas si tuvieras ese encuentro. También algo en la misma línea: piensa qué le dirías tú a un buen amigo que hubiera pasado por el trance que tú has pasado y te expresara sentirse avergonzado o culpable. ¿Serías igual de duro que eres contigo mismo? Probablemente no. Si te ayuda este enfoque te animamos incluso a poner estas reflexiones a tu supuesto amigo por escrito y luego leerlas dejando que su mensaje te vaya calando. Con frecuencia somos nuestros mayores críticos lo cual no beneficia a nadie. Sabemos que cambiar estas pautas de relacionarnos con nosotros mismos no es fácil ni rápido, pero mucha gente lo consigue poco a poco, cada uno a su ritmo, quizá con pasos adelante y atrás. Al final algunas personas incluso consiguen llegar a ser amigas de sí mismas, lo cual les ayuda muchísimo a afrontar la adversidad.
  3. Tenemos que insistir sobre el pedir y aceptar la ayuda de tu red social de apoyo como algo crucial. Si piensas que no tienes derecho a preocupar a tu familia y amigos con tu sufrimiento quizá te estés equivocando. Aunque tú no hables de ello, es muy probable que lo intuyan y lo sufran también en silencio. Si les das la oportunidad de compartir lo que te pasa quizá os aliviéis mutuamente.
  4. Existe gran evidencia sobre la ayuda que aporta el ejercicio físico regular, la dieta saludable, el descanso suficiente y el contacto con la naturaleza para afrontar el malestar psicológico del tipo que sea mientras nuestra mente y nuestro cerebro van metabolizándolo. VISITA El APARTADO DE AUTOCUIDADO Y AFRONTAMIENTO.
  5. Ciertamente el tiempo puede ayudar a cicatrizar también las heridas morales, pero si ves que pasan las semanas y los meses y eso no ocurre en tu caso, puede ser de mucha ayuda consultar a un profesional de la salud mental. Tu Colegio profesional te puede ayudar en este aspecto de forma confidencial. Recuerda: no hay nada por lo que avergonzarse.
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