¿Estoy sufriendo depresión?

Los momentos de tristeza, de duda o cuestionamiento forman parte de la vida, y especialmente en la situación de crisis sanitaria que estamos viviendo. El hecho de pertenecer al colectivo de profesionales sanitarios que lucháis contra el COVID-19 te expone a situaciones complicadas en muchos aspectos. En relación con los acontecimientos que nos van sucediendo, las personas experimentamos una amplia gama de sentimientos, del más triste al más optimista. Dentro de esta variedad de emociones, la tristeza, el desánimo y la desesperación son experiencias humanas normales. Estas disminuciones en el estado de ánimo no deben confundirse con las que experimenta una persona deprimida. El hecho de sentirse triste, “deprimido”, de tener “pensamientos negativos“ o dificultad para dormir no significa que sufras una depresión, pero tienes que tener en cuenta que la a depresión es una enfermedad, como lo es la diabetes o una úlcera de estómago. Para hablar de depresión, y por lo tanto de enfermedad se requiere:

  • que estos sentimientos se presenten de forma (casi) continua durante un período de al menos dos semanas (que uno de estos síntomas debe ser el estado de ánimo depresivo o pérdida de interés o placer);
  • que causen un malestar importante en una o varias áreas de la vida diaria (dificultad o imposibilidad de levantarse, de ir a trabajar, salir a hacer las compras…).

Cualquier persona puede padecer depresión en algún momento de su vida. No obstante, la situación actual puede que aumente tus posibilidades de padecerla.

Síntomas que pueden aparecer en la depresión

  • Conducta: Ataques de llanto, aislamiento de los demás, descuido de las responsabilidades, pérdida de interés por la apariencia, pérdida de la motivación.
  • Emociones: Tristeza, ansiedad, culpabilidad, ira, cambios de humor, falta de emociones (embotamiento afectivo), sentimientos de desesperanza, sentimientos de incapacidad.
  • Pensamientos: Autocrítica, sentimiento de culpa, preocupación, pesimismo, problemas de memoria, falta de concentración, dificultad para la toma de decisiones, confusión, pensamientos referentes a que otras personas te vean mal, incluso pensamientos de muerte o suicidio. Muchas veces son frecuentes las ideas de muerte, pero desaparecerán cuando mejores de tu situación.


*Si tienes miedo de perder el control y hacerte daño debes acudir de inmediato a un servicio de urgencias donde un compañero te escuchará y aconsejará lo más conveniente de forma confidencial.

  • Síntomas Físicos: Sensación de cansancio, falta de energía, dormir mucho o muy poco, comer en exceso o la pérdida de apetito, estreñimiento, pérdida o aumento de peso, ciclo menstrual irregular, pérdida de apetito sexual, dolores sin explicación aparente.


Hay muchos tratamientos efectivos disponibles para la depresión hoy en día. Pero a pesar de ello, muchas personas con depresión nunca buscan ayuda. Si te has reconocido en los síntomas anteriores, busca ayuda profesional.


Pero también te puede ser útil identificar los signos precursores de la depresión y así ayudarte con las estrategias y consejos que te ofrecemos a lo largo de estos recursos:

  • Un cambio en el estado de ánimo (principalmente tristeza y el llorar sin motivo);
  • La pérdida de interés en actividades que son por lo general placenteras;
  • Problemas con el sueño (despertar en las primeras horas de la mañana, sueño no reparador…);
  • Ansiedad constante con momentos en que empeora, incluso en situaciones hasta ahora consideradas de rutina y sin riesgo (ir de compras, por ejemplo);
  • Irritabilidad inusual que requiere una gran cantidad de energía para controlarla;
  • Cansancio excesivo o enlentecimiento de los movimientos;
  • Una incapacidad para funcionar, para llevar a cabo las tareas cotidianas;
  • Una mayor sensibilidad al ruido;
  • Cambios no habituales en el apetito (disminución o aumento).
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